Ha sido un año difícil para el bolso de los residentes de la Ciudad de México. En enero el gobierno aumentó el precio de petróleo por 14-20.1%. Por los encarecimientos de estos combustibles y la electricidad, el precio de una tortilla se ha registrado una alza de 18%. El peso, aunque está recuperando, ha perdido significante valor contra el dólar- subiendo el precio de importaciones- ante la amenaza Trump (la cual ha reducido pronósticos de crecimiento económico también- desde 2% a 1.4% en 2017). Y, según un informe reciente, el costo de la vivienda subió 19% en 2016. ¿Puede sostener el D.F. estas alzas? Comparada con otros estados, el D.F. tiene unas ventajas y unas desventajas. En general, desde la apertura y la liberalización de la economía en los 80, la riqueza de México se ha crecido rápidamente (vea el grafico abajo) Según un informe de la OECD desde 2015, el ingreso promedio del distrito federal es unos de los mejores del país. Sin embargo, su tasa de desempleo es uno de los peores (6.8% en 2015 comparada con 1.5% en el estado de Guerrero). Además, a pesar de un promedio sueldo alto, la desigualdad persistente y generalizado en el DF se significa que los encarecimientos se afectarán algunas poblaciones desproporcionadamente. 58% de los trabajadores en el DF ganan menos que tres salarios mínimos (~80 pesos/día). Por el contrario, 20 por ciento de la población de la ciudad controlan 55 por ciento del ingreso. Estas diferencias están conectadas con diferencias en el acceso a la educación y la seguridad y se representan un reto enorme a la continuación del crecimiento económico.
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November 2018
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